La persona que lucha por ser autentica y noble, busca siempre la verdad, necesariamente se torna humilde, puesto que la sencillez de su actuar, con la sinceridad y responsabilidad con las que usa su libertad, cae en la cuenta de lo que es, no de lo que desearía ser o de lo que los demás dicen que es. Por eso mismo, no está anhelando superar a los otros a costa de lo que sea. Al contrario: se convierte en persona que respeta y tolera a quienes se creen mejores o más que ella, sin medirse, sin compararse (sabe que toda comparación es odiosa), lo que la convierte en sencilla, tolerante disciplinada y, en su lucha constante contra el orgullo u otros fenómenos que van y vienen, se vuelve comprensiva y, por consiguiente, brinda su amistad fácilmente. Somos Ciudadanos 6
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