SOMOS CIUDADANOS DEL MUNDO

miércoles, 23 de febrero de 2011

INGREDIENTES PARA UNA SOCIEDAD MÁS JUSTA


ü Infinitas tazas de amor y justicia.
ü Unos cuantos dulcitos de respeto.
ü Algunas pizcas de tolerancia.
ü Muchos trocitos de igualdad.
Preparación: unir todos los ingredientes en un tazón grande, mover con mucha pasión para lograr la unión, hornear rápidamente para lograr el resultado deseado y espolvorear con mucha paz.
Cocineros: los gobernantes de todos los países del mundo, altas autoridades militares y civiles, maestros, padres y representantes.
 Comensales: todos los habitantes de nuestro increíble planeta Tierra en especial nuestros niños.

La condición ciudadana.

 Disfrutemos de Mafalda.


Bueno como ya saben, Mafalda es una niña preocupada por temas como la paz y los derechos humanos, odia la violencia y por supuesto la sopa, se muestra crítica pero muy realista, tomando con ironía graciosa las diferentes situaciones sociales y políticas que encuentra  y las que observa en el mundo que la rodea. 
Su creador destaca en el personaje virtudes morales como la compasión y esperanza, la virtud intelectual de la curiosidad y la cívica  como lo es la tolerancia, ya que de cierta manera sobrelleva los comentarios de sus amigos aun sabiendo que pueden estar equivocados, además está muy consciente de que la ciudadanía se alcanza con la educación y el respeto a los derechos sociales.
Compartamos la preocupación de formar ciudadanos con virtudes que puedan defender el futuro que les toca vivir, amantes de la libertad y la paz, entendiendo  que nuestra condición ciudadana está marcada por el espacio social en donde convivimos con vecinos, familiares, amigos y extraños.  En donde puedan alcanzar acuerdos aun existiendo el conflicto porque el diálogo sería su gran arma. http://www.todohistorietas.com.ar/mafalda.htm

Transformar lo que dice el mundo en peldaños hacia el futuro.

En Venezuela, se ha logrado sobrevivir a crisis de diversas índoles, económicas y políticas como ciudadanos se ha defendido al país y los ideales, se batalla contra una pobreza extrema, una inseguridad agobiante, la falta de crecimiento económico y la terrible pérdida de valores que destruyen a las familias y por ende a la sociedad, entre otras, sin embargo, allí se sigue en una lucha constante por un mejor futuro.
Si bien es cierto, que hay múltiples causa que deterioran la sociedad, también es cierto que cada país cuenta con numerosos recursos para salir adelante, es necesario que la gente actúe y las instituciones apoyen el valor de la familia. Muchos países en el planeta están en expansión y en vía de prosperidad, pero no todos corren con la misma suerte, aunque no deberían de haber comparaciones es imposible no darse cuenta.
¿Cómo llegan  los venezolanos a esta situación? ¿Será por el notable deterioro de la educación? Aunque no son los únicos en estas circunstancias, se cree que mayor calidad en la enseñanza sería la fórmula más efectiva para formar a mejores ciudadanos. “La educación encierra un tesoro” Jacques Dellors, 1996 en la UNESCO, es decir, la calidad de la educación depende de sus maestros, en su capacitación y formación hasta en el incentivo económico que reciba por su labor.
No es un secreto que la familia es el principal espacio de socialización, es donde se aprende a vivir con los demás y es en donde se constituyen la identidad, afectos, formas de pensar y actuar, por ello juega un papel decisivo en el desarrollo de los individuos y las sociedades.
Según  García (2003), “…aunque la familia enseña las normas costumbres y creencias propias de la sociedad, el contenido de este aprendizaje no es idéntico en todas las familias, no sólo porque las historias, los valores, el espacio y las características de los miembros de cada familia no son iguales, sino porque la sociedad en su conjunto es heterogénea.” (p.41)  por ello la importancia de respetar las diferencias de cada individuo ya que cada quien tiene una forma concreta de ser, de vivir y de relacionarse con los demás. El aceptar al otro, implica aceptarse uno mismo además de aprender a tolerar a los semejantes, no todos se comportan de la misma manera ante las vivencias y los problemas de la vida.
En el día a día también se encuentran realidades que ponen en juego el convivir con los demás, como la violencia doméstica, el maltrato a niños, niñas y adolescentes, la discriminación, la ausencia de diálogo, etc., son situaciones que se reflejan en las comunidades.
Para que la realidad mejore  se tiene que luchar activamente por tener una participación activa como padres y representantes  al informarse sobre los contenidos, metodologías y programas de la escuela, claro el sistema educativo debe estimular la participación de los padres en la gestión educativa, la educación debe ser prioridad para el estado respondiendo a las demandas del mercado laboral para que sea útil a toda la población, además de elevar al maestro a lo más alto de la estima social;  ya que el futuro del país está en las manos, en el corazón y en la cabeza de miles de maestros.
Torres (2000), sostiene que “las sociedades necesitan contar con sólidas instituciones para su desarrollo. Estas no son otra cosa que normas y reglas que facilitan la convivencia humana (…) se requiere de un liderazgo de alta calidad, visionario, constructor y responsable.” (p.113) todas estas mejoras en la educación podrían impactar positivamente en todos los ámbitos de la sociedad.
¿Es todo esto un sueño? Torres asegura que: “los sueños individuales son frágiles y perecen con facilidad en el fragor del día;  pero cuando se tornan colectivos, la realidad sucumbe ante su fuerza…” (p.144)  actuar, ser responsables de las acciones para hacer de la realidad que se vive un ambiente propicio para el bienestar y la prosperidad de cada individuo y de las futuras generaciones.
¿Cómo se logrará la felicidad? Con una participación efectiva, con organizaciones e instituciones que posibiliten la convivencia humana, la libertad, la justicia, la igualdad, con una ciudadanía crítica, con políticas basadas en acciones comunitarias y por supuesto en una verdadera democracia.
Apunta Pernalete (2004), “…la democracia requiere de un pueblo maduro, los ciudadanos imprescindibles para exigir, proponer, controlar, corregir, desmentir, dialogar…” (p.19), cierto que no todos son iguales pero todos deben tener la posibilidad de expresar su pensamiento, ya que por igual son poseedores de deberes y derechos que les deberían de garantizar una vida digna que les permitan la convivencia en sociedad ya que como ciudadanos les corresponde exigir que se cumplan y se respeten.
¿Podemos vivir en sociedades organizadas?, ¿será posible que todos alcancen una vida digna?, ¿puede  mejorar la calidad de vida? Los gobernantes de cada país tienen una responsabilidad enorme de aprobar leyes que sean efectivas y tomar decisiones acertadas que encaminen al país y a la población hacia un futuro próspero para todas las clases sociales. Ellos deben ser garantes de la construcción del bien común para sus ciudadanos, deben convertirse en luz y no en oscuridad para sus pueblos.
¿En cuántas ciudades se ve que se violan los derechos humanos ante los ojos de gobernadores que no sienten ya que pareciera no importarle la suerte de su pueblo? Todo sería diferente si se sintieran parte del problema y de la solución.
Se debe tener la convicción de que promoviendo  una educación en valores democráticos y cívicos se estimule el rescate de principios y virtudes que lleven a edificar una paz duradera en la mente de todos los ciudadanos.
          Ya desde comienzos de la república se tenía claro el papel preponderante de la educación para alcanzar grandes  logros en la sociedad, “El primer deber del gobierno es el de brindar educación al pueblo porque la salud de una República depende de la moral que adquieran los ciudadanos desde su infancia por medio de la educación.” Lo anterior fue expuesto por Simón Bolívar en 1819 ante el Congreso de Angostura y hoy por hoy se mantiene con vigencia.
No obstante, es necesario tener en presente que actualmente la escuela ha dejado de ser la única transmisora de conocimientos y que la tecnología y los medios de comunicación son nuevas instancias de acceso a diferentes contextos de aprendizaje generando fuertes influencias de valores y comportamientos ajenos y distantes a la familia.
¿Será sólo la escuela el eje fundamental para fortalecer los valores ciudadanos? cabe preguntarse ¿a quién le corresponde la tarea de formar los valores? ¿a la escuela, a la familia o a la sociedad en general? Claro la educación es tarea de todos, es una cuestión de corresponsabilidad porque la sociedad somos todos.
Se tendría que tomar en cuenta el deterioro de la sociedad y por supuesto del núcleo familiar, ya que  debe ser un trabajo conjunto y compartido  hogar-familia-comunidad para que se logre fomentar el desarrollo personal y social de una manera integral, ciudadanos capaces de usar su libertad adecuadamente sin violar los principios y normas establecidos para el logro del bien común, todo dependería del esfuerzo, voluntad y compromiso que se le imprima a esta tarea para mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos.

García, Beatriz. (2003) convivir con los otros y la naturaleza. Federación internacional fe y Alegría. Caracas, Venezuela.
Pernalete, Luisa. (2004) Democracia, participación ciudadanía. Federación Internacional Fe y Alegría. Caracas, Venezuela.
Torres, Gerver. (2000) Un sueño para Venezuela. Banco venezolano de Crédito. Venezuela.