"En Venezuela se ha generalizado aquello de que las reglas se crearon para ser quebrantadas. Lamentablemente, muchos ciudadanos, de manera consciente o inconsciente comulgan con esa frase, y se ha acostumbrado a infringir la ley tan frecuentemente, que perciben ese hecho como algo natural y propio de quienes habitamos el país, e incluso califican de tontos a quienes no se comportan como ellos.
Gracias a esa minoría creciente corremos el peligro que se institucionalice la ilegalidad, el irrespeto y la impunidad.
Cuando actuamos según los cánones establecidos, contribuimos al correcto funcionamiento de la sociedad, aprendemos a respetar a los otros y logramos la armonía y el bienestar de lo común. De lo contrario, nos convertiríamos en una sociedad retrógrada e incierta; en una sociedad anómica".
Una sociedad sana. Sidetur, en la comunidad, n°57, 1995.
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